EL ACUERDO QUE PRODUCE TANTOS DESACUERDOS
El domingo 26 de mayo todos los medios de comunicación del país anunciaban con bombos y platillos el acuerdo agrario entre el gobierno y las FARC. Uno de los titulares que más me impresionó fue el de un periódico regional que decía: " Al gobierno y a las FARC ya no los divide la tierra", también aparecían casi de inmediato apoyos internacionales titulados así: "Venezuela y Bolivia celebran acuerdo entre Gobierno y FARC"
El primer titular no me produce asombro, porque es verdad que a este gobierno y a las FARC ya no los divide nada, ni la tierra, ni la impunidad, ni los crímenes, ni los miles de campesinos despojados de sus tierras, ni las miles de familias a quienes no se les podrán devolver los hijos, los padres o espos@s asesinados, ni los soldados y policías que han ofrendado su vida por defender la Patria, el problema aquí es del pueblo, de los campesinos, de las víctimas, de los pobres y de los que amamos genuinamente el país a quienes por cierto se les cataloga como "enemigos de La Paz".
El apoyo que recibe el gobierno de estos dos países no es otra cosa que la legitimación de lo ilegítimo, ¿estarán devolviendo algún favor?. Recibir apoyo de Maduro tendría que rechazarse por dignidad nacional.
Retomando palabras de Claudia Gurisatti no creo que "para llegar a esas obviedades sobre el campo, Colombia necesite a las FARC".
Produce indignación que justamente los peores enemigos del campo y los campesinos sean quienes estén marcando los derroteros de la política agraria en Colombia, no creo sea justo con colombianos de bien, que estos personajes a quienes los campesinos les tienen terror, hoy quieran presentarse como los Robín Hood, promotores del cambio social del país.
Escuchar a Senadores de la República decir que "esto es lo más grande que le ha pasado al país en los últimos 100 años", a demás de ignorante es descabellado.
Resumamos los cuatro puntos de Santos sobre el tema agrario
1. Acceso y uso de la tierra
2. Sistema de programas de desarrollo.
3. Planes nacionales en educación, salud, vías, riego, agua potable, vivienda y protección social para la población campesina.
4. Seguridad alimentaria y nutricional de la población.
Lo anterior es como descubrir en el 2013 que la tierra es redonda.
¿A caso esto ya no hace parte de nuestra constitución?
Señor presidente, debe darse cuanta que las FARC, buscan otra cosa, no podemos ser tan inocentes. Simplemente están marcando el territorio desde la complacencia del estado, para hacerse al campo y al poder, para legalizar la empresa narco criminal más grande que existe en el país.
Hace ya mucho tiempo que estos terroristas perdieron el derecho ha decidir, son más ilegítimos que un billete de 30 pesos, no tienen derecho ni autoridad moral para imponernos programas políticos y sociales, hay miles de personas en Colombia con sobrados derechos para hacerlo, lástima que sea el gobierno quien nos ignore.
El Dr. Óscar Iván Zuluaga muy acertadamente dice "Qué paradoja: mientras el gobierno parece más preocupado por darle gusto a las Farc en aras de su reelección, a los campesinos de Colombia, víctimas de las Farc, les toca irse a paro para que el gobierno les dé respuesta a sus problemas".
Esperemos otros seis meses para la próxima escena del circo de la Habana, veamos que participación política tendrán los brillantes terroristas de las FARC.
Es triste ver hoy en una cárcel a hombres que defendieron la Patria y le sirvieron genuinamente al campo como el Coronel plazas y el Dr. Andrés Felipe Arias, y en cambio tener que presenciar que en los mejores hoteles de Cuba y con dinero del estado, están estos personajes de las FARC; quienes además, "cuán ilustres personajes", ofrecen entrevistas en radio y televisión exponiendo su inerte programa de lucha social. ...¡que pésimo mensaje a los niños y jóvenes de Colombia!.
Que Dios nos ayude. Por eso decimos: por tu dolorosa pasión, Señor, ten misericordia de Colombia.
Comentarios
Publicar un comentario
Lo que se exige con respeto, con respeto se responde, lo demás simplemente se ignora. Gracias por hacer parte de quienes buscan un mundo mejor.