MUY ENFERMA VIVE UNA SOCIEDAD CUANDO LA VERDAD OFENDE TANTO
Vivimos en una sociedad en la que decir o vivir en la verdad es un tema vetado, prohibido, ofensivo e incluso hasta mal visto por quienes pretenden vivir con una moralidad según los estándares exigidos por el grupo en el cual se es adoctrinado.
El octavo mandamiento prohibe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo. Este precepto moral se deriva de la vocación del pueblo santo a ser testigo de Dios, que es y quiere la verdad.
Desafortunadamente quienes son más proclives a caer en la atrampas de la falsedad son aquellas personas ingenuas que en igual uso de su libertad deciden dejar de pensar por ellos mismos para permitir a los hijos de la mentira pensar y decidir por ellos.
Muy afortunado quien es marcado por una educación en la que los padres enseñan a diferenciar la verdad de la mentira, seguro que esto le heredará muchos "problemas" pero al mismo tiempo dará la satisfacción que solo una conciencia libre puede ofrecer.
La Sagrada Biblia proclama que Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad (cf Pr 8, 7; 2 S 7, 28). Su ley es verdad (cf Sal 119, 142). Puesto que Dios es el “Veraz” (Rm 3, 4), los miembros de su pueblo son llamados a vivir en la verdad (cf Sal 119, 30). Siempre me he preguntado si los que nos proclamamos miembros de su Iglesia estamos dispuestos a aceptar y a vivir en esta verdad, pues debo confesar en mi experiencia, que pocos están dispuestos a entrar en ella.
No quisiera decirlo, pero la sociedad actual es pura fachada, predomina la mentira, la adulación barata, las medias verdades, el engaño, la ley del más fuerte. En la política es todo un riesgo ejercer sin mentir, en la vida laboral, si se quiere avanzar, es necesario practicar la hipocresía, en la Iglesia lo más importante es no dejarse "pillar"...Se puede llegar muy lejos.
Alguien dijo que "quien vive en la verdad no gana elecciones y pierde en los negocios", la mentira nos deshumaniza. ¿Es posible vivir en una sociedad donde la mentira es la norma general, y la verdad la excepción a la regla?; debemos dejar de ser una sociedad en la que la verdad ofenda a tantos y la mentira sea la solución perfecta. ¡Hablo con el micrófono del corazón!.
"Acojamos la verdad en la forma de gobernar, de administrar, de protestar, de debatir, de hacer negocios, de convivir en nuestros hogares, de informar en los medios y de conversar y sobre todo en la forma de vivir nuestra fe. Busquemos un encuentro con la verdad: “Donde encontré la verdad, encontré a Dios. (San Agustín)
Sueño con una verdad liberadora que incluya una transformación de las condiciones históricas y políticas en que viven los hombres, especialmente la de aquellos que dicen conocer, amar y seguir a Cristo. Dicho de otra manera, debemos recuperar una sociedad en que la verdad ofende a tantos.
“No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Aristóteles.
Que Dios les bendiga.
Omar Antonio Bedoya Gaviria
@omantoni1
El octavo mandamiento prohibe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo. Este precepto moral se deriva de la vocación del pueblo santo a ser testigo de Dios, que es y quiere la verdad.
Desafortunadamente quienes son más proclives a caer en la atrampas de la falsedad son aquellas personas ingenuas que en igual uso de su libertad deciden dejar de pensar por ellos mismos para permitir a los hijos de la mentira pensar y decidir por ellos.
Muy afortunado quien es marcado por una educación en la que los padres enseñan a diferenciar la verdad de la mentira, seguro que esto le heredará muchos "problemas" pero al mismo tiempo dará la satisfacción que solo una conciencia libre puede ofrecer.
La Sagrada Biblia proclama que Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad (cf Pr 8, 7; 2 S 7, 28). Su ley es verdad (cf Sal 119, 142). Puesto que Dios es el “Veraz” (Rm 3, 4), los miembros de su pueblo son llamados a vivir en la verdad (cf Sal 119, 30). Siempre me he preguntado si los que nos proclamamos miembros de su Iglesia estamos dispuestos a aceptar y a vivir en esta verdad, pues debo confesar en mi experiencia, que pocos están dispuestos a entrar en ella.
No quisiera decirlo, pero la sociedad actual es pura fachada, predomina la mentira, la adulación barata, las medias verdades, el engaño, la ley del más fuerte. En la política es todo un riesgo ejercer sin mentir, en la vida laboral, si se quiere avanzar, es necesario practicar la hipocresía, en la Iglesia lo más importante es no dejarse "pillar"...Se puede llegar muy lejos.
Alguien dijo que "quien vive en la verdad no gana elecciones y pierde en los negocios", la mentira nos deshumaniza. ¿Es posible vivir en una sociedad donde la mentira es la norma general, y la verdad la excepción a la regla?; debemos dejar de ser una sociedad en la que la verdad ofenda a tantos y la mentira sea la solución perfecta. ¡Hablo con el micrófono del corazón!.
"Acojamos la verdad en la forma de gobernar, de administrar, de protestar, de debatir, de hacer negocios, de convivir en nuestros hogares, de informar en los medios y de conversar y sobre todo en la forma de vivir nuestra fe. Busquemos un encuentro con la verdad: “Donde encontré la verdad, encontré a Dios. (San Agustín)
Sueño con una verdad liberadora que incluya una transformación de las condiciones históricas y políticas en que viven los hombres, especialmente la de aquellos que dicen conocer, amar y seguir a Cristo. Dicho de otra manera, debemos recuperar una sociedad en que la verdad ofende a tantos.
“No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Aristóteles.
Que Dios les bendiga.
Omar Antonio Bedoya Gaviria
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Lo que se exige con respeto, con respeto se responde, lo demás simplemente se ignora. Gracias por hacer parte de quienes buscan un mundo mejor.